Después de las aventuras de Hué llegamos a Hoi An, una de las paradas más especiales del todo viaje.
Ninguna foto le hace justicia al espectáculo de luces de su mercadillo nocturno. Tuve que subirme dos veces a las barquitas del río porque me había sabido a poco. (Nivel Rapunzel viendo las luces flotantes). Incluso nos enseñaron a hacer un farolillo y nos lo pasamos pipas. Sin duda, una de las paradas más especiales de todo el viaje.
Pero no todo son farolillos, el centro histórico tiene mucha magia. Las casas antiguas, el puente japonés, los mercados o el río Thu Bon tienen un encanto especial.
También nos acercamos al santuario de My Son que está a una horita en coche y es una excursión entretenida.
Y después de esta maravillosa experiencia.. rumbo a Hanoi! 🙂
Ruta Vietnam – Camboya en 3 minutos 🎥