“No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curioso.” Citando a Albert Einstein no hay mejor manera de iniciar un recorrido por Berlín. Una ciudad que ha marcado nuestro pasado, que dirige nuestro presente y que seguro dará que hablar en nuestro futuro.
Una ciudad que todo europeo recordará por la caída de su muro el 9 de noviembre del 89 que marcó el antes y el después entre la sociedad capitalista y socialista y que volvió al impulsar al motor de Europa.
Aunque seguramente la primera visita y obligada tiene que ser a la Puerta de Branderburgo con el símbolo más resplandeciente de Berlín, construida entre 1789 y 1791 y restaurada en 2002. Donde podemos encontrar a multitud de turista comprando en las tiendecitas de alrededor o simplemente haciendose fotos a sus pies.
Podemos encontrar multitud de monumentos desde el Reichstag, donde se decide nuestro futuro económico, el Berliner Dom , el templo más grande y fastuoso de la ciudad, el Postdamer Platz, el nuevo centro de ocio con comercios, museos y salas de cine o la Kaiser-Wilhelm Gedächtnis-Kirche.
Pero para que este post no parezca una guía turística, sería recomendable resaltar algo menos turístico o quizás menos conocido pero que en todos los a cualquier ciudad habría que visitar, su zoológico “Zoologischer Garten”, un lugar especial donde encontramos animalitos únicos que son el emblema de la ciudad, y otros que nos muestran su encanto.
Para finalizar el post me gustaría añadir que la gracia del viaje no es el destino en sí, sino poder compartirlo y descubrir los rincones ocultos con alguien inusual.
“Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos”, Albert Einstein
D.